Boy London y su polémica historia
Boy London es una de esas marcas que han dejado huella en lo que al streetwear respecta y hoy te contamos algo de su historia.
Como sabemos, la reconocida marca de streetwear, Boy London, estuvo este año en la palestra, dada su similitud con el águila del régimen Nazi, sin embargo, la marca afirmó que la referencia de su logo era el Imperio Romano -coincidencia con los Nazis- y que no tenía relación alguna.
Independiente de estos «percances», ha sido una marca que ha tenido importante presencia en el mundo del streetwear.
Su fundador Stephane Raynor, abrió la primera tienda BOY (a secas) en 1976, en la Kings Road londinense. Billy Idol era su empleado, y Sid Vicious un cliente habitual.
En los ochenta quiso diferenciar mucho más su línea de streetwear y fundó BOY London, cuya tienda exhibía fotos de los encuentros sexuales que ocurrían en los probadores. Desde un inicio, marcó un toque polémico.
Convirtió el smiley, el icono sonriente del acid house, en el emblema de sus camisetas, y BOY London se convirtió en un fenómeno de masas.
Fue la marca que usaba Boy George y Madonna, lo que la hizo convertirse en una marca internacional.
Pero cuando los ochenta dejaron su década atrás y llegaron los noventa, la firma dejó de existir.
Fue cerca del 2010 cuando comenzó nuevamente, pero Raynor ha dejado en claro que BOY London no ha resucitado por dinero, fue un efecto de las redes sociales, en una entrevista entregada al diario El País, cuenta la «singular» forma en que sucedió:
No lo forcé. Me estaba tirando a una chavalita japonesa en Francia. Ella me robaba cinta adhesiva de BOY y se la daba al DJ y artista Matthew Stone para que se la pegara en sus Martens. Gracias a las redes sociales, la cosa despegó.
Hoy Stephane Raynor se autoproclama «anarquista» y define a sus clientes como jóvenes que mezclan punk y hip-hop, que buscan un estilo original y lo aplican a la era moderna.
